Rafael Alberti

Nace el 16 de diciembre de 1902 en el puerto de Santa María en Cádiz, España. Él, sus padres y sus cinco hermanos se trasladan a Madrid en 1917 donde Rafael estudia arte. En vez de terminar el bachillerato se dedica a reproducir pinturas es el museo Del Prado. Extrañando terriblemente el puerto de Cádiz y tras el golpe por la muerte de su padre, Rafael deja de pintar y se dedica a la poesía. Comienza a frecuentar las residencias estudiantiles, donde conoce los que habrán de conformar la generación del 27 (Dámaso Alonso, Lorca, Gerardo Diego y Aleixandre, entre otros).

Especialmente allegado a Fedérico García Lorca, su poesía tiene cierta afinidad con la de éste, pero se podría decir que su poesía ni es tan alegre ni tan melancólica. En 1925 reúne sus primeros poemas bajo el título “Mar y Tierra” y los manda a concursar al Premio Nacional de Poesía, que finalmente gana y al ser publicada la obra el título cambia a “Marinero en tierra”.

Entabla notable amistad con los demás genios de su generación: Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre y los pintores y cineastas Dalí y Buñuel, además de Pablo Neruda y el francés Louis Aragon. Su libro de poemas “Sobre los ángeles” (1932) contenía fuertes tendencias surrealistas y fue admirado por sus contertulios y seguidores dándole paso a su definitiva consagración. Se casa en 1933 con María Teresa León, compañera de actividades políticas y literarias.

Con la radicalización política de España, Alberti se une a la izquierda y su primer poema político es la elegía cívica “Con los zapatos puestos tengo que morir” (1930). Con la llegada de la Segunda República en España (1931), Alberti se radicaliza aún más. Los poemas de estos años serán recogidos en “Consignas” (1933), “Un fantasma recorre Europa” (1933), “13 bandas y 48 estrellas” (1936), “Nuestra diaria palabra” (1936) y “De un momento a otro” (1937); en un conjunto que el autor llamaría “El poeta en la calle” (1938). Hay que añadir la elegía “Verte y no verte” (1935), dedicada a Ignacio Sánchez Mejías. Durante la guerra civil se dedicó a publicar en el diario republicano ABC de Madrid la columna llamada “A Paseo”.

Logra salir de España con la llegada del franquismo. Sale a Francia y en París la pareja vive en la casa de Pablo Neruda y Delia del Carril, junto al Sena, y trabaja como locutor en la Radio “París-Mondiale”, en donde Alberti escribe su famoso poema “Se equivocó la paloma“. En el catálogo puede escuchar este poema musicalizado por el argentino Carlos Guastavino, en varias versiones.

Luego, en 1940 se embarca para Argentina donde vive exiliado 22 años. Da recitales de poesía, de poesía y música (“Invitación a un viaje sonoro: Concierto para verso y laúd”, con acompañamiento de piano), hace exposiciones de pintura, viaja a Chile donde se re encuentra con Neruda. En 1941, nace en Buenos Aires su hija Aitana. En 1954, publica “Baladas” y “Canciones del Paraná” poemario que musicaliza magistralmente el compositor argentino Enrique Llopis: en el catálogo puede oir el poema “El viento que viene y va“.

En 1962 regresa a Europa con su esposa y se instalan en Roma. Sigue pintando, escribiendo. Expone sus obras y viaja por varios países de Europa del Este, Unión Soviética, China. El 27 de abril de 1977, tras treinta y ocho años de exilio -veinticuatro en Argentina y catorce en Italia-, Rafael regresa por primera vez a España. Sus primeras palabras al descender del avión fueron: “Me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta en señal de concordia entre todos los españoles“.

En España se editan sus obras, da recitales por todo el mundo y Rafael viaja con Maria Teresa a recibir condecoraciones, grados Honoris Causa de varias universidades, se le otorga el mayor premio literario en España: “El Premio Cervantes” y viaja a Estados Unidos que le otorgan una visa pese a su vinculación con el partido comunista. En 1988 muere su esposa María Teresa: cincuenta y cinco años de matrimonio. Dos años más tarde se casa con la escritora y profesora María Asunción Mateo quien lo acompañará hasta su muerte.

Viaja de nuevo a América Latina donde varias ciudades le rinden homenaje, recibe de Fidel Castro “La medalla José Martí” y del Presidente Patricio Alwyn de Chile “La Orden Gabriela Mistral”. Con Paco Ibáñez presenta el espectáculo poético musical “A Galopar” en el Teatro Alcalá Palas de Madrid, del que se editará un disco doble. En Enlaces les presentamos, de esta presentación, el poema “A Galopar” en donde canta Paco, y Rafael le sigue con su voz cansada y profunda, con las palmas y los coros de un público que se entrega con el alma a corear “a galopar, a galopar, hasta enterrarnos en el mar…” y que al final Rafael agradece con emoción.

En sus últimos años se retira con su esposa a El Puerto de Santa María, su pueblo natal, donde inicia su Fundación y dona sus obras de arte y primeras ediciones de sus libros. El 27 de octubre de 1999, se une para siempre, como era su deseo, al mar de su bahía gaditana..

En el catálogo encontrarán una muestra de la extensa y excelente musicalización de sus poemas que tenemos aquí: “Paloma Desesperada” de Rosa León; “Coplas de Juan Panadero” por Soledad Bravo; y, para terminar, un poema que para mi es uno de los más bellos poemas de amor “Qué será de tí” musicalizado e interpretado a la perfección por Rosa León.

Biografía escrita por hugo cuevas-mohr