Luis de Góngora y Argote

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Poeta y dramaturgo español, nació en Córdoba, España el 11 de julio de 1561 y murió en su ciudad natal el 23 de mayo de 1627. Estudió en Salamanca y fue beneficiado de la catedral cordobesa, en cuyo cometido viajó en diversas comisiones de su cabildo por Galicia, Navarra y ambas Castillas. Felipe III le nombró “Capellán Real” y para desempeñar tal cargo vivió en la corte hasta 1626, arruinándose para conseguir cargos y prebendas a casi todos sus familiares; murió al año siguiente en Córdoba.

Velázquez lo retrató con frente amplia y despejada, y por los pleitos, los documentos y las sátiras de su gran enemigo, Francisco de Quevedo, sabemos que era jovial y hablador, muy sociable y amante del lujo y de las diversiones profanas, como por ejemplo los naipes y los toros; hasta el punto de que se le llegó a reprochar muy frecuentemente lo poco que dignificaba los hábitos eclesiásticos. En la época fue tenido por maestro de la sátira, aunque no llegó a los extremos expresionistas de Quevedo ni a las negrísimas tintas de Juan de Tassis y Peralta, segundo Conde de Villamediana, que fue amigo suyo y uno de sus mejores discípulos poéticos.

Se suele agrupar su poesía en dos bloques, poemas menores y mayores, correspondientes más o menos a dos etapas poéticas sucesivas.

En su juventud, Góngora compuso numerosos romances de inspiración literaria, como el de “Angélica y Medoro” de cautivos, de tema piratesco o del tono más lírico; algunos de ellos de carácter autobiográfico en que narra sus recuerdos infantiles, y también numerosas letrillas líricas y satíricas y romances burlescos. La gran mayoría son una constante acumulación de juegos conceptistas, equívocos, paronomasias, hipérboles y juegos de palabras típicamente barrocos.

Entre ellos se sitúa el largo romance “Fábula de Píramo y Tisbe” (1618) complejísimo poema que fue el que costó más trabajo a su autor y tenía en más estima y donde se intenta elevar la parodia a categoría tan artística como las demás. La mayor parte de las letrillas están dirigidas, como en Quevedo, a escarnecer a las damas pedigüeñas y a atacar el deseo de riquezas. Merecen también su lugar las sátiras contra distintos escritores, especialmente Quevedo o López de Vega.

Es quizás por su crítica a los acaudalados de su época y por sus versos picarezcos en contra de la sociedad, la hipocresía, los curas y monseñores; que los poetas de la “Generación del 27” lo hicieran popular entre ellos y entre el público que se les acercaba. Fue en el homenaje, al conmemorarse el tercer centenario de su muerte en el año 1927 en Sevilla, en que nació la “Generación del 27” (Alberti, Lorca, Cernuda, Guillén, Diego, Alonso).

En Enlaces encontrarán sus poemas musicalizados por Paco Ibañez, Isabel Parra y Alberto Cortez, que son una muestra viva del alma de este poeta. Tomamos unos versos del poema musicalizado “Cura”:

“Cura que en la vecindad
vive con desenvoltura
¿Para qué le llaman Cura
si es la misma enfermedad?.

El Cura que seglar fue,
y tan seglar se quedó
y aunque ordenes recibió,
hoy tan sin orden se ve
pues de sus vecinas sé,
que perdió la continencia,
no le llaman Reverencia
que se hace paternidad”.

Biografía escrita por hugo cuevas-mohr